lunes, 30 de junio de 2014


Apuntes para un Estado Plurinacional
Ximena Soruco Sologuren

El autor analiza a la  oposición política donde había dos Bolivias, una indígena, arcaica, subdesarrollada y pobre asentada en el occidente y otra moderna, con un mestizaje regional, exportador y próspero, en el oriente. El autor enfatiza ensayo se plantea que el movimiento indígena popular está constituyendo un proyecto plurinacional que articula al pueblo4, debido a que contienen un horizonte político, y potencialmente un proyecto societal, para todos, para Bolivia, Estado como patrimonio privado, como fuente de acumulación –que además implica su dependencia con el mercado internacional y las élites centrales–, ha llevado a que en última instancia –después de los momentos constitutivos de 1825 y 1899, pero sobre todo 1952 como momento de ruptura de su estatalidad- haya perdido su voluntad y capacidad, aún aparente, de realizar el Estado-nación en Bolivia.

El proyecto político es esta respuesta, es la selección, entre múltiples posibilidades, de una vía, de un referente que es posible bosquejar y que guía las acciones políticas La “solución”, que nunca es única porque no hay una direccionalidad histórica preestablecida, puede ser la más adecuada para la liberación, dada la correlación de fuerzas, El proyecto parecería que articula la voluntad del sujeto y sus posibilidades históricas (dadas por la coyuntura, por la correlación de fuerzas).

El autor define que el horizonte une la memoria del pasado, actualizada en el presente, y la apertura hacia el futuro, también realizada enel presente, a partir de la búsqueda de la transformación de las condiciones actuales de dominación y su evolución con el transcurrir del tiempo, también hace énfasis en la conquista española como interrupción de la autodeterminación de una matriz civilizatoria y homogeneización de su diversidad interna como “indio”, como sometido a otro horizonte civilizatorio, se convierte en la memoria común a todos estos sujetos y proyectos.
Su liberación como inversión del tiempo, como pachakuti, el autor enfatiza que este  estudio fue parte del proyecto “Investigación para el fortalecimiento del Estado boliviano dentro del proceso de cambio”, realizado por la Vicepresidencia del Estado Plurinacional los años 2007 y 2008.

 La crisis política, sobre todo del 2008, con la aprobación de los estatutos autonómicos departamentales, la violencia desatada en Sucre y Oruro para evitar la discusión y aprobación de la nueva constitución, la toma de instituciones públicas en la llamada Media Luna que culminó con la masacre de El Porvenir, Pando y el acuerdo en el congreso para llamar al referéndum por la constitución fueron algunos de los episodios políticos. Los sujetos indígenas, agrupados en sus diferentes organizaciones, así como las juntas de vecinos, los obreros, comerciantes, estudiantes, etc., interrumpieron el orden neoliberal en la década del 2000 como una respuesta a la coyuntura de recrudecimiento de la pobreza, exclusión, racismo y violencia que el Estado neoliberal generaba, pero también como un cuestionamiento a la lógica de construcción histórica del Estado-nación.

Revolución de 1952 genera un proceso de apropiación nacional en los sujetos populares, mineros, obreros y campesinos, por su participación en la guerra del Chaco y por los logros de la Revolución victoriosa (nacionalización de la minería, voto universal, reforma agraria), es decir, si es un momento de constitución de lo nacional-popular en Bolivia, el abordar la colonialidad como una lógica de pensamiento (y acción) y no como una posición étnica, identitaria, cultural naturalizada en un grupo particular, la nueva república reproduce el fundamento colonial constituido por la conquista española, sus instituciones y forma de ver el mundo. La nueva república reproduce el fundamento colonial constituido por la conquista española, sus instituciones y forma de ver el mundo. El grupo de poder instalado en Chuquisaca y que ha heredado los privilegios económicos y étnicos (los oidores criollos) de la colonia tras su alianza con los independentistas no consigue representar los intereses de los círculos criollos regionales, menos aún del artesanado urbano y los indígenas, sujetos excluidos de la vida política por la ciudadanía censitaria hasta 1952.

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